He perdido un verso, pequeño y azul, rezagado entre memorias
y empañado de nostalgias, era pequeño, suelto como cabello de primavera, no sé,
no lo recuerdo bien del todo, pero tengo la certeza de su pérdida.
En él describía tus ojos de sol, los abrazos furtivos que la
distancia exacerbó, describía como la luz atenuaba ante tu presencia, y la
sensación de tu aliento sobre mis venas.
Le vi por última vez cuando imaginé tu rostro enmarcando esa
sonrisa llena de colores y las frases viejas con las que reímos y que han sobrevivido al olvido. Tras la lluvia de la
tarde le he puesto sobre un mar de ideas, entre la nostalgia y el café que no
pude beber luego haberle preparado, revisé así el vaho del mismo, pero ha sido
nula mi búsqueda.
He perdido un verso, pequeño y azul, tintado de esperanzas,
de recuerdos y memorias, he pensado incluso que se ha escondido para no ser revelado
y ponerme en evidencia ante tus ausencias.
Luego de días de busqueda dudo ya encontrarlo, he buscado en las
almohadas, en las gotas, en el techo y en los maullidos de los gatos del vecino,
he perdido un verso.
Y yo que te quería escribir algo bonito.